Hay películas que cambian vidas. No las de actores que logran llegar al estrellato ni las de directores que acumulan premios. Cambian las vidas de quienes se ven reflejados en ellas. De aquellos que se reconocen en pantalla, pero se resisten a tener un mismo final y, en ese momento, se trasforman. Aunque no siempre resulte sencillo.
Mercedes Martínez, terapeuta y amante del cine, ha encontrado en los largometrajes la mejor forma de ayudar a sus pacientes. Lo hace a través de MEDI-CINE, un método con el que resuelve conflictos emocionales a través del visionado de una serie de películas.